jueves, 20 de julio de 2017

El 20 de Julio: Un día común y corriente.

El 20 de julio de 1810 no tiene una relevancia histórica significativa, es un día común y corriente que tuvo un suceso emancipatorio de reclamo social de una clase emergente, lo que no significa que haya existido algún tipo de independencia o declaración de independencia como tal, lo que sucedió fue un levantamiento incipiente de las nacientes clases oligarcas que reclamaban su reconocimiento social ante la corona española, en ningún momento hubo intención de formar o fundar una república, ni de desconocer a un rey preso por la Francia de Napoléon, por el contrario, siguieron reconociendo su soberanía sobre nuestros territorios y lamentaron su encarcelamiento. 

El hecho de inestabilidad política en la corona española, es aprovechado por los personajes criollos, no reconocidos por la sociedad española, para sustituir provisionalmente la representación del rey preso por medio de una Junta de Gobierno, un acto que no desconoció el mandato del rey preso y menos declaró la separación total y definitiva de la tirana corona española. La creación de la Junta no fue más que un elemento de persuasión para llamar la atención y demostrar que la nueva aristocracia criolla tenía derechos políticos así como los españoles peninsulares, no es otra cosa diferente, el incremento en los impuestos sólo fue un pretexto para hacer valer su condición, porque el objetivo principal de la clase emergente era la búsqueda del reconocimiento social frente a los otros españoles como iguales. Así que es tiempo de ir revelando la verdad, para que no se engañe a la gente con esa gran mentira. Los invito a leer la famosa "acta de independencia del 20 de julio", allí dice explícitamente lo que acabo de explicar, así que no hay motivo alguno para izar banderas el día de hoy, es más, no existía en ese momento una bandera representativa que simbolizara el deseo de una nueva república. 

Ahora, la independencia auténtica se configura el 7 de agosto de 1819, donde ese día, nuestro emérito Libertador Simón Bolívar, junto a su ejército patriota y el apoyo de la legión británica expulsaron a los españoles en una victoria épica, sin precedentes en nuestra historia americana, y luego el 10 de agosto del mismo año entraron triunfantes a la plaza central de Santa Fe, donde fueron recibidos como héroes con las notas del Auténtico Himno Nacional: La Marcha Libertadora. No es correcto seguir el discurso mediático superficial, arribista y antibolivariano; intentar borrar la historia y el papel de sus grandes protagonistas es un crimen atroz contra nuestras raíces y el esfuerzo inconmensurable de miles de seres humanos que murieron en las batallas de independencia y de los millones y millones de hermanos indígenas que fueron masacrados, expropiados y literalmente asesinados durante cerca de 300 años de explotación e ignominia, no se puede ignorar ni mucho menos, la heroica victoria militar de Bolívar y su ejército de campesinos patriotas motivados por extranjeros británicos. 

Nuestra historia debe ser contada con criterio analítico, sin omisiones sobre nuestros antepasados y menos con distinciones a personajes que no lo merecen, el 20 de julio no es una fecha de rupturas políticas definitivas, es una fecha de reclamos de estatus social desde una clase emergente aristocrática hacia una clase monárquica, instigando su derecho a ser reconocidos como iguales; el inicio de la patria neogranadina lo hace nuestro Libertador Bolívar y el paso a nuestra patria grande se construye en Guyana.

El llamado es a celebrar las auténticas fechas representativas para nuestra historia y dar el lugar de honor que merecen nuestros próceres de la patria grande.

Atentamente, su Constituyente Andino Alexander Ferms, hijo de la patria grande y orgullosamente descendiente legionario británico de la independencia.

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