viernes, 7 de agosto de 2020

7 de agosto: Día de la Independencia y tributo a los patriotas

Por: Alexander Ferms

El 7 de agosto de 1819 se dió la independencia de la Nueva Granada de la Corona Española, un acto militar contundente en la Batalla de Boyacá, que trajo consigo la rendición del principal contigente del Ejército Realista, y que dió el paso trascendental de negación de la autoridad militar española sobre estos territorios, el desconocimiento de la autoridad de la Corona y la separación definitiva de este territorio de la península.

Es, en esta fecha, donde se debe celebrar la verdadero proceso de independencia, porque fue gracias al Libertador Simón Bolívar, a los campesinos, indígenas, negros, mulatos, sacerdotes franciscanos, venezolanos entre otros importantes actores patriotas, con el apoyo militar de la Legión Británica, compuesta por militares veteranos ingleses, irlandeses, escoceses y alemanes, que el inexperto y poco dotado ejército patriota, logró sacar valor para combatir y hacer realidad ese sueño de libertad y de construir una nación propia.

Esos patriotas, que lo dieron todo durante la batalla, han sido olvidados y poco reconocidos, ocultados por la sombra de la naciente oligarquía criolla, a la cual se le sigue haciendo publicidad, después de 201 años de auténtica independencia, ocultando, de manera injusta a los verdaderos héroes de la patria, que hoy posan en el anonimato.

El proceso de independencia NO inicia en 1810, inicia en 1819, con la derrota militar del Ejército Realista, esto como primer elemento importante, segundo, el 7 de agosto de 1819 debe ser reconocido como el Día de la Independencia, porque no hubo un proceso real en años anteriores, no hubo acta de independencia ni tampoco un desconocimiento abierto y total hacia la Corona Española, lo cual quiere decir que el país no era independiente, no era libre ni mucho menos soberano.

Por otro lado, es mi obligación, como descendiente patriota por partida doble, de parte del Coronel legionario británico W.A. Ferms y el General y cuatro veces Presidente Tomás Cipriano de Mosquera; el primero, quien estuvo presente en combate en la Batalla de Boyacá y la Batalla del Pantano de Vargas, fue uno de los lugartenientes del Libertador Bolívar; y el segundo, quién no sólo estuvo en combate contra los reductos realistas, sino que además fue el secretario del Libertador y ha sido catalogado como el último patriota, quien sostuvo el proyecto bolivariano para la unificación de los territorios, la libertad de los esclavos y la construcción de un verdadero estado-nación potencia en América, que basado en una estructura federal, moderna y poderosa, pudiera llegar a un nivel similar de importancia que el de EEUU en el continente.

Es un gran honor y a la vez una inmensa responsabilidad, como Constituyente Andino, hacer esta difícil tarea de reeducar, de hacer una labor de claridad histórica, para que no sigamos celebrando fechas que no son, para dar el crédito a quién realmente corresponde, para conocer la historia y no repetirla, porque la historia y el destino se escriben y se construyen día a día, depende de nosotros conocer la objetividad de la historia y no seguir cometiendo los mismos errores.

Un día como hoy debemos celebrar y rendir tributo a nuestros patriotas, desde los más renombrados hasta los más humildes, porque ellos son quiénes han comenzado a escribir y construir la historia de este país, es por ello, que en señal de protesta por la falta de símbolos patrios propios, enarbolamos nuestra bandera de guerra familiar, que fue uno de los estandartes de la Legión Británica en combate, y no reconocemos la bandera oligárquica, que nos han impuesto desde hace dos siglos y que no representan los valores nacionales ni del territorio.

Bandera de Guerra Ferms: Legión Británica

Este tributo no es sólo para el Coronel W.A. Ferms de la Legión Británica y el General Tomás Cipriano de Mosquera, es para todos aquellos patriotas que por no tener un apellido o un título nobiliario, han sido invisibilizados, y hasta desconocidos, ellos, los patriotas anónimos que nadie recuerda, que no fueron exaltados en las escuelas y colegios que no han sido reconocidos por su participación en las Batallas de Boyacá y del Pantano de Vargas, aquellos indígenas, campesinos, negros y hasta sacerdotes franciscanos, que con poca experiencia en combate y mucho coraje, perdieron el miedo a morir y buscaron su libertad. Para todos ellos, es nuestro humilde homenaje.

Los descendientes patriotas, alzamos nuestra voz y comenzamos a reescribir la historia, porque es nuestro deber y nuestro derecho histórico. Viva el Día de la Independencia! 7 de agosto de 1819.

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